Entre animaciones trazadas con tinta china y música original, “Un Oscuro Día de Injusticia”, cuenta la historia del también periodista, quien es detenido desaparecido de la dictadura de Jorge Videla en Argentina. Conversamos con sus directores, Daniela Fiore y Julio Azamor para saber más sobre este valioso material.
Este cortometraje estará disponible al público, durante todo el mes de mayo, a través de la plataforma chilena Ondamedia, siendo parte del ciclo “Derechos Humanos” del Festival Chilemonos. Fue ganador en el Festival de Cine de la Habana en el 2018. También ganó en la 9° versión del Festival Chilemonos en el año 2020, premiación que lo llevó a estar nominado a los premios Oscar de la Academy Award en ese mismo año.
Rodolfo Walsh fue secuestrado el 25 de marzo de 1977, a un año y un día del golpe de estado que cobró muchas vidas en el país trasandino. Desde ese día se le perdió el rastro al periodista, quien fue detenido mientras repartía copias de su texto “Carta abierta de un escritor a la junta militar”. “Un Oscuro Día de Injusticia”, cuenta los hechos del último día de Walsh sin textos ni diálogos, pero con música de fondo que va acompañando la animación.
La familia del escritor va en un auto rumbo a su casa, en donde este se encontraba en la clandestinidad. Cuando llegan se dan cuenta de que está todo desordenado y Rodolfo no estaba. Ahí la historia se va hacia atrás y recrea el último día que se le vio con vida.
Daniela Fiore se graduó en Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero desde temprana edad comenzó a incursionar en la animación, tomó un ramo sobre aquello y en paralelo trabajó en estudios, haciendo diversas tareas como asistente e intercaladora. Fue Directora/co-guionista y productora del largometraje documental con animación “Imaginadores”. Ella es fan de Hayao Miyazaki y aprendió mucho de sus colegas. Julio Azamor por su parte, estudió en la Escuela de Bellas Artes, comenzó como dibujante en Catzole, un fanzine, y luego profesionalmente en estudios de animación. Le interesaron siempre las historietas y los dibujos animados. Ambos tienen trayectoria en el cine argentino.
Se conocieron en estudios de animación e hicieron un proyecto que recopiló la historia de la historieta en Argentina, a través de la filmación y documentación de una muestra de cuadros de historietas de Julio. El director dice que aprendió mucho de Daniela, mientras trabajaban. Ella por su parte señala que “en la animación aprendes de tu compañero, de tu compañera y de todo lo que te rodea para ir creciendo y aprendiendo cada vez más cosas”, dando cuenta de la importancia de lo colaborativo en el mundo audiovisual.
Luego de ese proyecto en conjunto nació la idea de hacer “Un Oscuro Día de Injusticia”, a raíz de la admiración que ambos sentían hacia la figura y obra de Rodolfo Walsh. El padre del director, Julio Miguel Azamor había hecho un pequeño cuento sobre el último día del escritor para la revista “La Mirada Cautiva”. Los julios tuvieron un almuerzo en donde hablaron de este proyecto y pronto comenzaron a trazar el guión junto a Daniela y decidieron postular esta historia a un concurso que estaba haciendo el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
“Me acuerdo que habíamos ido a almorzar con mi viejo y Danny me había contado que había un concurso y le conté de este y me dijo que él tenía este cuentito, este ensayo. Obviamente que nos gustó”, rememora Julio sobre ese momento.
El estilo realista fue el que escogieron para el cortometraje. Al director siempre le gustó este tipo de dibujos, desde que era pequeño, a Daniela también le hacía sentido hacerlo de esa manera. Fue así como comenzaron a hacer pruebas con una tinta china especial que no fuese tan espesa, esto sobre papeles de fotocopia.
El guión lo armaron en una tarde, entre la directora y el padre de Julio. Le dieron una vuelta más poética al cuento que inspiró la idea. Todo se dio de manera fluida y natural. Los realizadores que son parte de un estudio que se llama “Mutante”, presentaron la idea a sus colegas, entre ellos Alejandro Alba, socio del espacio. Estos les apoyaron y así partió esta historia.
Postularon al concurso, para ello tenían que presentar el proyecto, un guión con los primeros diseños y la propuesta estética, sin embargo, fueron más allá recuerda Daniela: “no era necesario, pero hicimos una prueba de animación en función de lo que queríamos. Muy cortita, pero bueno. Y presentamos el concurso y meses después ganamos”.
Los dibujos que derivaron en la animación fueron hechos de manera totalmente análoga, para esto, hicieron muchas pruebas y gastaron bastante tinta china. Luego estos se pasaban a after effects. El resultado los dejó conformes y le aportó una magia al relato. Julio comenta que “se pintó con pincel todo el corto, se hizo el papel de la manera más tradicional posible: Papel, tinta china. Dibujar y animar punta a punta”, dando cuenta del proceso realizado, que duró 1 año y medio, puesto que, por temas de trabajo no pudieron avanzar más rápido.
La investigación que tuvieron que hacer consistió en hacer una búsqueda fotográfica de los lugares y momentos de referencia, como objetos significativos o incluso el tren que es posible ver en el cortometraje. Todo esto con la finalidad de hacer que todo fuera lo más realista posible y que tenga sentido con la época a la que corresponde. Alejandro Alba, socio de Mutante y parte del proyecto, incluso fue hasta la casa de San Vicente, que fue el último lugar donde vivió Rodolfo Walsh en la clandestinidad.
Daniela señala sobre esto que “así fuimos a sacar fotos a la calle, donde lo mataron. Hicimos toda esa investigación para que se refleje en el corto con la tinta”, demostrando cómo fue todo el proceso de búsqueda de antecedentes en terreno.
Para la poética de la producción audiovisual echaron a volar más la imaginación y buscaron elementos que aportaran al relato desde una perspectiva más artística.
Hay una escena en donde los militares que secuestraron a Walsh se transforman en lobos monstruosos. Esto se puede conectar con una frase del escritor que está al final del cortometraje en donde dice “En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad del pueblo, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su hermano”.
No obstante, lamentablemente los militares se transformaron en lobos y convirtieron a Rodolfo Walsh en una de las tantas víctimas de la dictadura argentina.
Por otro lado, la música y el sonido del cortometraje son originales. Esta estuvo a cargo de Maximiliano de Luccas, Luciano Alba y Joaquín Apesteguía. La idea principal es que remitiera a la música argentina, pero que tuviera un toque melancólico. Además se buscó potenciar los silencios para dar esa sensación de incomodidad.
Es así como la canción con la que termina el cortometraje dice: “siempre siguió su dirección, siempre escuchó su fuerte palpitación” haciendo referencia a la vida y obra de Walsh. Los directores comentan que esta canción si bien es original, el músico que la hizo no la escribió para Walsh, pero de casualidad encajó absolutamente.
Para finalizar, Daniela y Julio señalan que tienen la idea de hacer una serie de cortometrajes sobre la dictadura, incluso han hablado con algunos estudios de Chile que también están interesados, no obstante está en carpeta aún porque no han conseguido financiamiento.
“Un Oscuro Día de Injusticia”, es sin duda un material valioso en memoria de Rodolfo Walsh y de tantos otros y otras que perdieron la vida, fueron desaparecidos o torturados durante la última dictadura militar de Argentina. SM