Hay veces en que los días avanzan más rápido que nosotros; comenta José I. Navarro, afirmando incluso que se hace más evidente mientras más crecemos. Por eso, con humor negro y un adulto mayor de protagonista, decidió contar la historia de “Asilo Esperanza”, un cortometraje literalmente hecho con lápiz y papel.
Este trabajo estará disponible para el público durante todo el mes de noviembre, a través de la plataforma chilena Ondamedia, integrando el ciclo Monoclub titulado “Adulto Mayor”.
Cuando José I. Navarro ideó “Asilo Esperanza”, no pretendió hacer un gran discurso en torno a la vida y el tiempo, mucho menos una moraleja sobre nuestra existencia. Él solo quería: “Presentar a un personaje en una situación muy puntual de la vida. Un día de su vejez”, y así fue como apareció la historia de un adulto mayor que, sin darse cuenta, se pasa el día entre remedios y no en el cumpleaños de su amigo Eulalio.
“Es bien pesimista”, califica José, pero está contado: “Con algo de humor”. La enfermera con una sonrisa amplia e inexpresiva, la lista interminable de cajas, pastillas y jarabes, y un Feliz Cumpleaños, que de feliz no tiene mucho. El director caricaturizó el pasó del tiempo y le asignó como protagonista a un adulto mayor: “Porque la temática se hace más extrema y dramática”.
Pero en “Asilo Esperanza”, no solo hay humor, también hay vivencias basadas en experiencias que José tuvo con sus familiares mayores cercanos: “Mi abuelo tenía esa típica caja en la que se ponen los remedios. Todas las mañanas agarraba sus pastillas y se las zampaba de a una”. De igual manera, incorporó la visión de mundo de: “Una abuelita bien cercana, la Titi, de la que tengo entrevistas guardadas en la grabadora como registro de su historia”.
La historia del cortometraje está animada por Enzo Cortavitarte -socio, ilustrador, artista y animador del corto- y fue realizada con lápiz y papel. Desde hace un tiempo, el director quería hacer algo con animación tradicional y vio una oportunidad en “Asilo Esperanza”, ya que lo sintió como: “Un reflejo de las viejas tradiciones”.
Aunque el estilo de animación elegido, pretendía ser técnicamente sencillo, desde un inicio planteó un desafío: “No sabíamos cómo plasmar en el papel una piel arrugada y gastada”. José y Enzo pensaron que la solución tenía que ver con la realización de detalles muy elaborados en el papel, pero no: “Las texturas se dieron naturalmente al surcar la mina en la hoja y al difuminar con el paso de la mano los bocetos”. Luego cada boceto, fue fotografiado e importado a After Effects.
Algo similar ocurrió con la sonorización y música. En una primera instancia José Navarro y un amigo de él se juntaron a improvisar una canción en base al corto, pero no resultó: “Finalmente, busqué la música en internet y la intervine agregando algo de velocidad”. Los efectos de sonido fueron realizados por Christian Cosgrove de Yagán Films, quienes también se incorporaron como socios de “Asilo Esperanza”
El cortometraje se financió con aportes propios de cada uno de sus socios. De igual manera, fue trabajado solo en los tiempos libres de cada uno de ellos: “Eso hizo que se alargara el proceso”, comenta el director. Fue así como un año de preparación se tradujo en los cuatro minutos de “Asilo Esperanza”.
Y aunque tomó más tiempo de lo inicialmente pensado, el corto finalizó bien. Ganó Mejor Cortometrajeo Chileno en el Festival Internacional de Animación Chilemonos, además de formar parte de otros festivales.
Fue visto por una de las abuelas de José I. Navarro: “ Ella me celebra todo”. Y aunque por lo mismo, no obtuvo retroalimentación alguna de su parte, sí pudieron conversar sobre: “El valor que hay en hacer piezas audiovisuales con la intención de que perduren en el tiempo”. SM