Es el creador de uno de los personajes más emblemáticos de la televisión chilena: “Tevito”, el perrito animado que formó parte de la continuidad de Televisión Nacional de Chile con el lema “sigamos juntos” y que desapareció tras la llegada de la dictadura.
Quién iba a pensar que un perro abandonado podría llegar a la pantalla chica y convertirse en un símbolo de la animación chilena. Carlos González conoció a “Pachacho”, un cocker spaniel que recogió en la calle, y que serviría de inspiración para la creación de “Tevito”.
Antes de su experiencia como animador, Carlos González era dibujante. Los espacios en las pizarras de la Escuela Arturo Prat en Iquique y luego en el Liceo de Hombres de Antofagasta, ayudarían a potenciar su habilidad para este arte, talento que comenzó a ser reconocido por su curso.
“Cuando cumplí 15 años decidí decirles a mis padres que quería estudiar en Bellas Artes en Santiago. Revolución en la familia. Que los artistas se mueren de hambre, etc.”, dice González haciendo memoria de su época universitaria en donde recibió la primera oferta para entrar al mundo de la animación.
En el casino de la Universidad adoptó a “Pachacho” y se lo llevó a su pieza de estudiante. En ese entonces, le gustaba el comic, “yo siempre soñé con dibujar en revistas como ‘el Pingüino’”, agrega este animador. Al tiempo cumplió su sueño sin saberlo: “trabajé en un semanario grande llamado “Siete Días”. Me empezaron a pedir monos y sacaba páginas completas de dibujo de cómics. Saqué como en cuatro números estas publicaciones y de repente me encuentro con una portada mía en ‘el Pingüino’”.
Del dibujo al movimiento
Un día, Gonzalo Beltrán, uno de los más importantes directores de televisión en Chile, lo invitó a formar parte del grupo de personas para la salida al aire del canal Televisión Nacional de Chile, donde además asumiría como Director Ejecutivo uno de los personajes más especializados en la televisión abierta chilena, Jorge Navarrete. La idea era que González creara la carta de ajuste del medio, pero decidió que lo mejor era que los dibujos tuvieran movimiento. Así nació “Tevito”.
“A ‘Pachacho’ lo tuve bastante tiempo. Yo quería hacer un personaje que fuera de raíces nacionales, entonces nada mejor que un puma chileno. Y resulta que lo fui variando paulatinamente hasta que llegué a un perro y dije ‘Bueno, está listo, pongámosle algo diferente’, y le puse anteojos”. Así, este amigo fiel que acompañaba a Carlos quedó materializado ante un país, simulando a un chinchinero, personaje popular chileno.
“Después le pedí a Víctor Jara que me hiciera la música e hizo el ‘Charagua’” señala Carlos González, recordando los inicios laborales con este cantautor chileno. Cuando el nuevo personaje debía aparecer al aire, el locutor de continuidad de TVN, Agustín Inostroza, lo presentó en pantalla como “Tevito”.
“Tevito” daba la bienvenida a los televidentes en los inicios de transmisiones del canal público, y luego era posible verlo a través de toda la transmisión de esta señal, presentando a los programas con el lema “Sigamos juntos”.
“’Tevito’ pasó por los programas ‘Música Libre’, ‘Titantes del Ring’ y ‘Sombras Tenebrosas’. Me acuerdo de que una vez acá nevó en Santiago, yo dije ‘¡Hagamos el ‘Tevito’ de nieve!’. Así, cuadro a cuadro, empezó a juntarse la nieve, una nariz, los lentes y un gorro de mono de nieve. Imagínate que nevó en la tarde, y en la noche estaba saliendo en las noticias”, comenta Carlos González.
“Tevito” comenzó a ser un personaje querido por los chilenos. “Yo había pensado que los dibujos animados son para los niños y que tenían que cumplir una función social. Y cuando el ‘Tevito’ estaba en todo su auge, a través de todo el país, yo recibía cartas de clubes deportivos, centro de madres, centros comunitarios”.
Desde 1970 hasta 1973 trabajaron junto con Víctor Jara en la realización de “Tevito”, donde el cantautor entregaba las piezas musicales casi tres meses antes del capítulo donde se emitiría. La última entrega fue un 9 de septiembre de 1973.
Cuando “Tevito” tuvo que guardar silencio
Tras la llegada del Golpe Militar efectuado el 11 de septiembre de 1973, TVN fue blanco de resquicios, apuntando al corazón del canal público. Así se borró bastante material que podría perjudicar a la nueva autoridad. “Tevito”, al parecer, representaba entonces un peligro y fue, al igual que muchos otros, silenciado. Víctor Jara, en tanto, corría el mismo destino, mientras que todas las copias de este personaje símbolo fueron quemadas y desaparecidas.
“La autoridad militar me llama y me dice ‘el ‘Tevito’ no va más’, ahí cuestioné la situación y dije ‘no, al ‘Tevito’ soy yo el que lo mueve, el que lo dibuja, el que le doy vida. Por lo tanto, soy el responsable, porque el que no tiene que ir más soy yo’”, señala González.
Continúo trabajando para TVN y de alguna forma “Tevito” no desapareció. Por mandato de la autoridad militar, tuvo que crear a otro personaje para convertirse en el protagonista de la continuidad del canal.
Resistiéndose a la idea de que “Tevito” tuviera que desaparecer, crea a un nuevo personaje, pero con las características similares a su predecesor: apareció Conejito TV, con el cual se crearon 37 spots para televisión. Lo que pocos sabían era que este personaje era un “Tevito” disfrazado con dos orejas.
Desafiando a la autoridad
Durante el contexto del plebiscito en Chile que decidiría si el régimen militar continuaba o no gobernando el país, TVN como canal de la autoridad, debía realizar la campaña del “Sí” que apostaba por la continuidad del mandato del general Augusto Pinochet.
Desde la gerencia del canal se le pide a Carlos González realizar un storyboard para promocionarlo. “Yo le dije, tú me conoces, por qué me pides eso cuando sabes que no estoy por el Sí’. Él me dice que tengo que hacerlo porque tomarán medidas contra los dos”. Álvaro hace el trabajo pero piensa en una forma de mostrar su descontento, una acción que sería apenas visible para el ojo de cualquier espectador.
“Hago un storyboard donde parto con el ‘Sí’, pero la ‘S’ tiene una forma muy especial y la ‘í’ al lado. La idea era que el ‘Sí’ se transformara en una estrella, cinco puntas, y esa estrella hacía un zoom back y era la bandera chilena. Duraba 15 segundos. ¿Pero dónde estaba lo que yo hice en esos pocos segundos? Fue en la transformación del ‘Sí’, cuando la ‘í’ se iba hacia la S´, se veía una suástica. Y esa suástica rápidamente hacía las cinco puntas de una estrella y se iba a la bandera chilena”, agrega González.
La hazaña no pasaría desapercibida para los ojos más adiestrados, por lo que dos semanas después aparecen dos militar en TVN acompañados del gerente general del canal, para señalarle a Carlos que ellos habían visto una suástica en la animación. El dibujante tuvo que mostrarlo cuadro a cuadro, “Por supuesto que quien no maneja lo que es la sensación de movimiento, la continuidad de un mono con otro jamás va a tener la imaginación de ver un dibujo estático que no muestra absolutamente nada para llegar a esto otro. Por supuesto que por dentro me sentía terrible, me dije ‘aquí me pillaron’, o sea, ‘qué hago’. Miraban, miraban y miraban, y al final movieron la cabeza y se fueron. Una maldad que hice. Yo te diría quizás una ingenuidad que me pudo haber costado muy caro”, concluye Carlos González.
Lo que sucedió de vuelta a la democracia
Con el triunfo del “No”, vuelve la democracia a Chile y todos esperaban la primera transmisión de un TVN fuera de la supervisión militar. “La primera transmisión a la vuelta de la democracia fue ‘Tevito’. Fue algo que a mí me emocionó, porque me acordé de Víctor Jara, me acordé de todo lo que había pasado, todo ese camino tan pedregoso que tuvimos en esa época”, recuerda González.
Otra de las sorpresas que recibió Carlos González, muchos años después de llegada la democracia, fue saber que “Tevito” efectivamente no había desaparecido, “Domingo Ulloa, un ex funcionario de animación, llega a mi oficina y me dice ‘Carlos, te tengo una sorpresa’. Yo le dije ‘¿de qué se trata?’, ‘Ven’, me dijo. Nos juntamos en un lugar más privado, y dice ‘Carlos, toma, esto es para ti como regalo’. Lo abro, y eran como 10 u 11 animaciones de ‘Tevito’ de las tantas que yo había hecho. Fueron las únicas que se salvaron. No te miento que me puse a llorar”. SM