Fue el cortometraje ganador del Festival Chilemonos 2014. El protagonista es un oso que cuenta una cruda historia de esclavitud en un circo. El realizador de esta pieza quiso materializar la historia de su abuelo, quien fue exiliado en 1973 de Chile. El relato fue contado mediante la utilización de personajes ficticios, donde la vida en la carpa recuerdan los años en que un expatriado tuvo que vivir separado de su familia.