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Unos pequeños seres que creen saberlo todo y que utilizan las máquinas pensando que su vida está solucionada. Desde pequeño Jossie Malis ha sentido curiosidad por el mundo que nos rodea y ha construido una fuerte crítica en el transcurso de los años. Su pasión por el dibujo, el gusto por las culturas prehispánicas, junto con este tipo de temáticas, se reunieron en un exitoso y llamativo trabajo de animación, que hoy trasciende fronteras.

Jossie Malis (39) es un cosmopolita. Vivió cerca de diez años en Perú y luego se trasladó a Chile, para continuar sus estudios. En ambos lugares, este artista le gustaba el dibujo y a medida que fue creciendo descubrió que también le apasionaba contar historias y la ilustración, puesto que quería decir lo que pensaba del mundo y la crítica que se iba armando fuertemente en su cabeza.

Estudió Publicidad en una universidad chilena pensando en que podría hacer confluir todas estas pasiones. Pero se dio cuenta que el camino no era ese, puesto que requería desarrollar su faceta artística que le pudiese entregar las herramientas para crear historias. En esta búsqueda, ya en Nueva York (1998, Estados Unidos), realizó un curso de apreciación cinematográfica y en 2003 da con un máster en stop-motion en Barcelona (España). Así llegó finalmente a la animación.

Ahora reside en Palma de Mallorca donde fundó hace diez años su estudio independiente Zumbakamera, con el cual ha podido realizar su primera serie de animación “Bendito Machine”. Gracias a este trabajo, este artista fue invitado al Festival Internacional de Animación Chilemonos 2014, quien además realizó el tótem y spot del certamen.

Fue en estas entregas en que Jossie Malis plasmó su pasión por la ilustración, el contar historias y desarrollar una serie de comentarios sociales que ha ido acumulando a través de los años. En este descubrimiento, el creador encontró la técnica de las sombras chinas como una forma de potenciar el desarrollo de estos cinco cortometrajes (hasta la fecha), generando una hermosa pieza de animación, con siluetas y fuertes colores de fondo.

La revista Solomonos Magazine lo entrevistó puesto que quisimos saber en profundidad cómo llegó a crear el concepto en “Bendito Machine”, trabajo que ha sido multipremiado y que ha acumulado más de 50 reconocimientos internacionales en festivales y concursos.

Jossie, cuéntanos respecto a tus trabajos relacionados con la animación. Que nos expliques en qué consisten, en que te basaste, de qué se tratan…

En general me interesa la animación tanto como la ficción, son las herramientas que tengo para contar historias. La animación siempre me pareció atractiva, me considero animador, pero antes soy realizador y es la necesidad de cada historia la que define el método. Finalmente es eso lo que me guía, la inquietud de contar historias antes de resolver de cómo contarlas.

Se da la casualidad que la mayoría de historias que he intentado contar, por una asunto de formato y de control, han sido animadas, pero me gusta la idea también de hacer cosas más híbridas, de ficción integrando animación, que me parece muy atractivo. De hecho eso es lo que me inspiro de niño al ver películas, la libertad que te ofrece el poder cruzar dos dimensiones, poder llevar una historia al plano de la ciencia ficción, donde la animación tenga un protagonismo contundente en la narrativa.

Actualmente las historias que desarrollo con ‘Bendito Machine’ tienen estas características. Mi idea era crear una serie de fábulas de carácter muy primitivo, muy fáciles de entender, pero a la vez cargadas de referencias tecnológicas, un cruce entre pasado, presente y futuro.

Me interesa la carga primitiva de la serie porque de alguna manera la gente reacciona de una manera algo hipnótica, como al observar un terrario de hormigas o una pared pintada en una cueva, elementos muy básicos pero al mismo tiempo llenos de detalles. Me fascina la fuerza que tiene la animación de siluetas por la capacidad de síntesis de la imagen y la infinidad de posibilidades gráficas.

Y en qué consiste finalmente el concepto detrás de Bendito Machine y esta mezcla entre máquinas y personas.

Todo empieza cuando comienzo a trabajar con el tema de las siluetas en 2004. En esa época descubro el trabajo de Michel Ocelot y de Lotte Reiniger, para mi los grandes animadores de siluetas. A partir de ahí intento crear mi propio universo, mi versión de nuestra historia como civilización para contar lo que me inquieta de este planeta.

Los cortos de Bendito tienen una carga más política y social, muy irónica con los temas que a mí me interesan, los que me perturban, que tienen que ver principalmente con las conductas humanas, con nuestro desenvolvimiento como especie, cómo nos tratamos entre nosotros y cómo intentamos resolver nuestros conflictos. Son temas que me interesan y me abruman desde siempre. Esa necesidad de querer dar un grito confluyó en esta narrativa para llegar a un formato primitivo y contar fábulas en un tono negro en poco tiempo.

El recurso de las sombras chinas específicamente, ¿Cómo te sirve para desarrollar tu historia?

Las sombras chinas, que en realidad se originan en indonesia, tienen miles de años de antigüedad. En aquella época se utilizaban para contar fábulas a los miembros de una aldea alrededor de una fogata. Se solían contar historias fantásticas, de amor o guerras, que provocaban temor y reflexiones en la gente. Con esa idea en el inconsciente, lo que intento es llevar esa costumbre al mundo digital, adaptarlo a las tecnologías de ahora, con un diseño más rico en detalles que me permite más flexibilidad a la hora de contar historias más complejas, o de desarrollar personajes con una mecánica más elaborada, que es lo que también me apasiona de todo esto, el desarrollo industrial a través de las máquinas y la dependencia tecnológica que tiene el ser humano con ellas.

No solemos cuestionarnos mucho en relación a las máquinas porque sabemos que funcionan y nos hacen la vida más llevadera, pero son parte de nuestra evolución como especie y les rendimos un culto alucinante, sin ellas no vamos a ninguna parte.

En general la animación se vincula más a los más pequeños… qué efectividad tendría la animación para los adultos el recursos de la animación…

A pesar de que he sido un niño que se alimentó de mucha animación, nunca me he sentido atraído por desarrollar animación para niños, me interesa más el público adulto como receptor de estos contenidos porque me parece que los niños ya tienen demasiada información, saturación por todos lados y es una industria que implica ser un juguetero además de animador, o por lo menos asociarte con una gran empresa juguetera. Me parece más interesante llegar a los adultos que tienen más capacidad de reflexión.

Curiosamente, a los niños les gusta ‘Bendito Machine’. Evidentemente no todos los padres están dispuestos a disfrutarlo con sus hijos porque les puede parecer muy oscura o los niños no consiguen leer entre líneas, pero se divierten con los personajes y las situaciones, son dibujos animados al fin y al cabo.

Hay una escuela en Noruega que se puso en contacto con nosotros, para agradecernos porque suelen utilizar la serie para montar debates dentro de una clase con niños de once a doce años, para hablar sobre temas que implican la resolución de conflictos, a partir de ahí desarrollaran historias paralelas o cómo solucionar conflictos que se plantean en la serie.

Nunca me he sentido a gusto con el trato que se le da a la animación como un recurso infantil, creo que es una manera de encasillar erróneamente un recurso narrativo. Que se explota en exceso con los niños, estamos de acuerdo, pero tiene la misma fuerza narrativa que cualquier otro formato y ejemplos hay por miles, el problema es la distribución y la forma de llegar al público potencial, es ahí donde falla la ecuación, aunque desde que aparece internet esa se diluye cada vez más.

¿Y siempre se pensó que fuese por internet?

Cuando comencé con la serie -10 años atrás-, no existían las redes sociale ni YouTube. Si tú desarrollabas una pieza, la subías a una página de un festival o de un concurso donde colgaban tu video y la gente iba por el boca a boca o te mandaban el link por correo.

Y así y todo esto nos permitió arrancar en el mundo online cuando el tema audiovisual estaba en pañales. A partir de ahí tuve la certeza de que esa era la plataforma natural para la serie. Y a medida que fue evolucionando la tecnología y la plataforma, la cosa fue creciendo en conjunto. Ahora la serie sin internet no se entiende.

Esto de que llegara a Noruega… ¿siempre pensaste que esto fuera más universal y que pudiese llegar a distintas lenguas, que fuese fácil llegar a cualquier tipo de público?

En un principio pensé si estos personajes hablarían entre ellos o no y creo que llegué rápidamente a la conclusión de que tenía que ser tan primitivo y básico, como el cine mudo y en blanco y negro, algo muy simple. En parte ahí radica el éxito de la serie también, la falta de diálogos permitió que los cortos fueran de caracter más universal, que pudieran llegar a cualquier persona del mundo sin tener que preocuparme por el idioma. Una vez que vuela por internet, el corto no tiene limites para llegar a cualquier parte, carece de diálogos y por lo tanto de potenciales subtítulos, así la gente solo se concentra en lo que hay en pantalla, son de fácil digestión.

Y eso permitió la viralización… ¿Cómo fue la recepción de la primera entrega de Bendito Machine?

Fue una sorpresa muy grande, no suelo hacerme muchas expectativas de lo que pueda pasar y en este caso, la primera entrega de Bendito la hice puntualmente para un festival online que tenía muchas condiciones técnicas, tenía que ser un cortometraje animado en flash, de tales características a nivel de duración y peso, autoejecutable en flash porque en esa época lo videos todavía eran un lujo, y fue con estas condiciones en mente que trabajé en el cortometraje. De paso aproveché la excusa para presionarme y decir ok ‘voy a hacer este corto que llevo meses rumiando en la cabeza, lo voy a mandar y a ver que pasa”.

Y fue un éxito. Ganó el concurso y a partir de ahí recibió una veintena de premios internacionales, lo que me dio pie a financiar y preparar las siguientes entregas y poder darle forma al proyecto.

Los siguientes capítulos no tuvieron tanta difusión como el primero porque el tema de la distribución no lo teníamos tan controlado, pero es a partir del cuarto episodio cuando la serie se convierte en una versión 2.0. A partir de aquí los cortos son más largos y elaborados, los festivales se empiezan a interesar mucho más en la serie y todo empieza a fluir de otra manera.

Tú tienes una productora independiente ¿Por qué mantienes esta apuesta? Supimos que hace poco exploraste con una plataforma de crowdfounding. Si nos pudieses contar también cómo te ha ido con eso…

En nuestro caso, la idea central de un proyecto siempre nace en casa, a partir de ahí, el desarrollo de cada proyecto depende de que tan lejos queremos llegar y hasta donde nos queremos complicar con ello. En general nos busca complicarnos poco, nos gusta tener el control de lo que hacemos y trabajar con un equipo más bien reducido de personas. Accedemos a lo recursos dependiendo del tamaño de cada proyecto, siempre pensando en producciones a pequeña escala.

No somos muy ambiciosos y siempre hemos preferido controlar los proyectos a un nivel más artesanal, más doméstico y sobre todo sin presiones de ningún tipo. Eso nos ha ido llevando a este formato de trabajo que tenemos ahora y al mismo tiempo nos ha permitido vivir de ello. En Zumbakamera somos dos personas, mi esposa Julie, que es compositora, además de estar a cargo de la producción, sonido y distribución de nuestro trabajo, yo, que intento cubrir todo lo que puedo desde dirección, diseño, animación y producción en general y Momo, un gato que no hace nada más que comer, chillar y dormir.

Tenemos clientes por todo el mundo con los que desarrollamos proyectos a pequeña escala, desde videoclips, documentales, contenidos más coorporativos y todo tipo de encargos.

Dependiendo de la escala de cada proyecto ampliamos o reducimos el equipo de colaboradores, somos muy flexibles y vamos buscando los recursos dependiendo de lo que necesitemos.

Por esta misma dinámica, hace un par de años decidimos probar otras vías de financiación para nuestros proyectos más personales…

Y esa fue la decisión del crowdfounding…

Exacto. El crowdfounding viene por tener el control de ofrecerle a toda la gente y a quienes nos siguen, la oportunidad de ser parte de nuestro proyecto. El crowdfunding te permite darle un valor añadido a tu propuesta, que la gente pueda participar e involucrase directamente en la producción y lo menos de todo, sin intermediarios. Esta oportunidad nos abrió muchas puertas y ha sido un enorme apoyo para poder continuar con el proyecto de Bendito Machine. Indirectamente y gracias a la notoriedad de la campaña, hemos conseguido contar con el apoyo de grandes canales de televisión a nivel europeo y darle más continuidad a la serie. El crowdfunding es sin duda una oportunidad única para llevar adelante un proyecto de cualquier tipo y de paso, una manera de entender como están cambiando las reglas del juego en terminos de producción a nivel global.

¿Cómo es el sistema de trabajo para tus proyectos? ¿Cómo se inician y cómo los finalizas?

No tengo una fórmula muy definida tampoco, la serie a sufrido una larga lista de percances a lo largo de los años ya que no se trata de un proyecto de serie muy convencional que digamos. Cada cortometraje lo planteo como un proyecto puntual y partir de ese momento va evolucionando a medida que conseguimos vías para llevarlo adelante. Cada entrega es una aventura y no hay un plan maestro, más allá de completar, de momento, un total de 6 cortometrajes.

Y cuáles son los proyectos que vienen relacionados con la animación…

En este momento estamos trabajando en el guión del que será el último episodio de Bendito Machine y el desarrollo de un potencial videojuego sobre la serie. Paralelamente vengo trabajando desde hace años en un proyecto de animación/documental sobre el universo y alguno que otro proyecto más que revolotea por casa.

De momento muchas puertas abiertas, 2015 será un año interesante. SM